martes, 19 de marzo de 2013

Boleros

En el menudeo catártico me gusta insistir sin comprar, pensarlo una y mil veces mientras escucho alguna oferta, o mientras a un costado de la tienda veo cómo todos gritan y se empujan para sacar un trozo de la mejor mercancía antes que queden en los cajones sólo las frutas aplastadas, llenas de melasa pegajosa del fondo. Un entretenimiento un poco frustrante ya que todas las tardes el cielo se pone naranja y vuelvo con las manos vacías por que no encuentro iniciativa, no encuentro una razón, una corazonada.Te encontré en una feria de artículos actualmente en uso, una radio que quedó colgada en un dial donde solamente escucho boleros suaves que traen olas de amor casual, ganas de besar con arrebato como cuando el sí es sí y el no es "sí, pero ya sabes..."Dijeron que repetiste mi nombre entre los boleros mientras yo no estaba y que te convertiste en una fruta pegada al fondo de un cajón, pero yo no le creo nada a nadie y digo mentiras. Me divierte que aparezcas por el menudeo y yo no esté para comprarte antes de que vuelvas a la feria, a cantarle boleros a tu dueño.

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