miércoles, 31 de agosto de 2011

Café

De entre lo espeso nado a escala en la borra del café. Vistiendo saco puedo ser uno en un lugar que no me es propio. Dentro de la taza el oficio de a poco mata la inseguridad y el ritmo cae golpeando según un control que pensé ajeno pero es tan propio como se pueda pensar. Como es costumbre, y como nunca supe, el oportunismo ayuda a la causa con una mano y otra mano en mi coxis.

Cuando quise vestir mallas y convertirme en luchador tuve que depilarme el cuerpo, quise ser carnicero y laceré mi carne por no tener nada para vender; fui un gran maestre y en el mundo de las ideas me atrapé, para volverme a encontrar vistiendo traje y nadando en una borra de café. Los primero años fueron cálidos y entre lo espeso me mecía; con el frío llegó la compresión, y con la compresión las partículas asfixian, las manos hicieron presión sobre mi coxis y mi coxis quebró, el oportunismo no supo volver a integrarse a la causa; si no consigo otro traje lo inminente será.