jueves, 19 de enero de 2012

El amante favorito de las princesas gordas

Llegó su padre que era gordo, grande y cabrón. Tenía poco pelo hasta entrada la nuca y después aislados mechones se unían tirantes en una trenza fina que llegaba a la altura de los hombros. Se sentó al lado de los dos.

Ella se reía cuando la apretabas y la besabas tres veces en el mismo lugar y con el mismo ahínco ahí, los dos tirados, ocupando tres asientos en un no lugar. El sol bastaba para iluminar la sala pero las luces incrustadas en el techo estaban prendidas. Aunque eran muy modernas la que estaba encima de sus cabezas no dejaba de parpadear.
Su padre te convidó un criollo y cuando lo mordiste las migas cayeron en sus manos, estabas tan animado que no cerraste la boca para masticar, le diste a entender que nunca habías comprado drogas y te sonrió indiferente. Ella apretó su mano robusta y de profundas líneas contra la tuya que es pálida y llena de venas y su padre se levantó. Husmeó sin interés todo lo que pudo mientras añoraba los tiempos en que no estaba mal visto negar un plato de comida y a nadie molestaba que a uno algo le molestara. Volvió a verlos a los dos ahí, tirados, ocupando tres asientos y ese que seguía masticando con la boca abierta y sin escrúpulos la comida que le acaba de entregar.

Algo que decir...

Ella es tu mercancía y el amor un irrefrenable deseo de propiedad. Ella también te posee por que a los príncipes azules los quema siempre el mismo rayo y les saca la magia si es que alguna vez la tuvieron. Miro a su padre, te miro a vos y la miro a ella; fantástico. Todo cobra sentido y entiendo por qué soy lo que elegí ser; un espectador, acostumbrado a ser un objetivo, el amante favorito de las princesas gordas.

jueves, 5 de enero de 2012

Contraindicaciones de la nueva felicidad

Las nubes ya no son lo que eran.
La alegría en la comodidad de lo obvio
Le mantiene estático.
Cuando sos feliz escondes todas las sonrisas,
Cerraste los ojos y palpaste un vaso
Que estuvo en otra boca
Y no sabes cuál fue,
No te da miedo ni intriga por que sos feliz.

Mmm… sos feliz así, sin querer sos feliz.
Si lo escondes te vendes,
Es verdad,
Te desespera encontrarte después
Y no tener un poco más que roer.

A barlovento, a sotavento;
No hay nada.
El día apenas aclara
Pero te olvidaste de ver
Por donde salía el sol;
Está claro por qué te olvidaste,
Por que estás feliz.

Entraste con la inocencia de un nuevo sponsor
Y ahora la palabra de tu medico esta en juego.
Siempre son las ocho de la mañana y andas en bicicleta;
De a poco cerraste los ojos y te dejaste dormir como una momia
Que por encima de los vendajes viste esa mueca de saciedad.
-No despiertes- Recomendaste,
Aunque las calles donde tus piernas flojas de ensueño ya no pedalean
Sean angostas y la materia se degrade a cada segundo,
Aunque todo cuanto la choca produce dolor
En la indiferencia o la ignorancia de querer traspasarla.

Por supuesto,
Nunca más te diste cuenta de que las nubes ya no son lo que eran.